Para esquíar hace falta bastante dinero, y eso te lo digo por mi propia experiencia.
Los esquíes, los palos y las botas las puedes alquilar en la estación de esquí a la que vayas y así te saldrá un poco más económico (siempre y cuando no vayas a esquiar todos los fines de semana).
Te tienes que agenciar con un mono o peto de esquí y un buen anorak impermeable, por supuesto, y unos guantes de esquí.
Necesitas unas gafas de ventisca por si hace viento para evitar que el polvo de la nieve se te meta en los ojos y unas de sol por si te hace bueno (no olvides que el sol cuando esquías es muy traicionero y deslumbra más que nunca).
Necesitas cosas para abrigarte en caso de que haga mucho frío, como gorro, bufanda, calcetines gruesos para evitar rozaduras con las botas y unas botas de descanso para después de practicar el deporte.
Con eso, un poco de cacao, crema con protección para el rostro y muchas ganas estás lista para una sesión de esquí.